Machete borrador

En este blog dejamos pasar a cualquiera, no se discrimina a nadie por más repugnante que sea y está armado para que cualquier imbécil diga lo que se le antoje. Pero yo decido que vas a leer y que no.

jueves, 25 de marzo de 2010

Ilusiones crónicas II

De cómo conseguí mi trabajo de domingo

“La vida es un mazo marcado, baraja las cartas la mano de dios……….”


Sebastián era el cocinero del segundo lugar al que entre a trabajar, el primero fue un bar modesto pero en el cual comencé a comprender un poco de que se trataba lo que yo estaba haciendo, como controlar los tiempos y los espacios de cada mesa y allí me adiestre aun mas con mi arma, que es la baraja.
Sebastián tenia buenos tratos para conmigo al igual que casi el todo el personal de los lugares en los que me toco estar, y este respeto que siempre me he dedicado a mantener y me han dedicado, me ha dado algunos buenos aires cuando los necesité, razón por la cual me da gusto escribir estas líneas, aventurándome ya a contar como pude hacerme con un trabajo los días domingos, esta vez al mediodía.
Cuando el segundo restaurante cerró para siempre luego de un problema financiero entre los dueños, las aguas se separaron, el personal y los dueños tomaban nuevos rumbos, fue uno de los socios el que me llama mas tarde para que vuelva a hacer lo que me gustaba, ir por las mesas dejando efectos y haciendo reír a quien quiere disfrutar.
La cuestión es que Sebastián se había propuesto abrir una parrilla cerca del cinema paradiso pero yo estando cómodo en mi casa y esperando algún llamado (que llego pero me lance solo por diversión) no notaba que podía serme útil un reencuentro con el buen cocinero.
Fue entonces cuando la necesidad hizo su trabajo porque fue ella la que me lanzo a atar otra vez los lazos, los nudos estaban desatados, y a causa de mis intenciones de querer independizarme, me lance a su encuentro.
Llegue al lugar y mi temor al no reconocimiento se esfumo enseguida, Sebastián se acordaba con precisión de mi persona y no le costo mucho dar el si, el ya me conocía y no me puso condiciones, por el contrario, había sido yo quien le había pedido un trabajo por las mesas y hasta la forma de pago la deje a su disposición, solo era “ a la gorra”, sin un caché por estar en el lugar, era un modo de operar que ya lo había realizado, ¿Dónde? En el bar de lalo, el primero, al que le debo mucho, fue el primero en abrirme las puertas y hasta el día de hoy recuerdo buenos momentos de ese lugar y de su personal que quizás cuente en otra ocasión.
Comenzaría el domingo próximo y debo reconocer que no me ha ido nada mal hasta ahora, pero aun había algunos escollos y tornillos para ajustar, porque las mozas notaban que yo me llevaba mas papeles que ellas y esto generó cierto encono, pero no hacia mi persona sino hacia lo que hacia, a mis métodos, y a los satisfactorios resultados que recibía.
Se fueron haciendo comunes las invitaciones de las mozas a que yo concurra al lugar durante la noche los domingos y eso me pareció muy sospechoso,
Debo mencionar que son muy buenas chicas, sencillas, y con un espíritu muy trabajador, y en su lugar yo hubiese hecho exactamente lo mismo, luego de un rato Sebastián me afirma lo que suponía: “las chicas se quejan de que venís poco y te llevas mucho, a ellas algunos no les dan propina y a vos te dan todos, mejor cambiemos la metodología, seria preferible que pases “la gorra” una vez que las personas abonen lo que han consumido”. Sin discusiones acepte y ahora era yo quien corría con cierta desventaja, porque la gente pagaba y se iba, ese día regrese pensativo y después de darle varias vueltas al asunto me di cuenta de que podía haber una mejor solución, así que regrese y expuse mis conclusiones, hubo acuerdo, acorde un cache fijo sin propinas.
No se si estoy teniendo suerte o se esta haciendo justicia, pero cada tanto luego de generar sonrisas y asombro se me acercan algunos clientes y me dan por volunta propia un papel, e incluso me ha sorprendido mas de uno dejándolo en mi bolsillo con cierto descaro y en secreto, como sabiendo que no debo aceptarlos por restricción del empleador, ¿es eso justicia? ¿Suerte?, ¿importa como se llama? A las 3 cosas les digo que no se, y aun voy con alegría a conseguir los papeles del sustento pero me llevo esas sonrisas, esos asombros, esas sorpresas y estas historias que me jacto de poseerlas y la alegría que me produce estar narrando estos verídicos hechos es una síntesis de lo bien que me siento haciendo lo que hago, “el señor de los novillos” es el nombre que etiqueta mis domingos durante el mediodía.

-Notas:

-Consideración aparte para las personas que me generan asombro con sus caras y comentarios al dejarse engañar de cerca y al mostrarse felices luego de la martingala.
Son ellos los que me enseñan semana a semana y también me estimulan a volver a las mesas.
-Párrafo aparte a los que se muestran desafiantes y aguerridos a la hora de ver los efectos, y se niegan a ser engañados a toda costa, su orgullo o recelo no les permite apreciar el arte como un fenómeno que ingresa por los sentidos y tiene que llenar de claridad al espíritu, quizás ellos lo tomen como una carrera, un desafió para dar cuenta de que si son engañados pueden verse disminuidos por un extraño, bueno a ellos también les agradezco porque hacen que los que disfruten sean mas notables, contrastan, son contra caras de la labor que me gusta llevar a cabo.
-Al personal de cada lugar le hago una mención, mozos, dueños encargados, cocineros, bacheros, y no me quiero olvidar de los chicos que entran a vender flores, todos esos son los actores que cada fin de semana lidian con los clientes para así ganarse la vida.
-Por ultimo a los que están afuera, familia, amigos y conocidos que dan estimulo y pie para seguir adelante y ante cada tambaleo te empujan para el otro lado con la intención de que uno mantenga el equilibrio, bueno, gustoso y agradecido creo que lo sigo manteniendo y mientras tenga todo lo que he mencionado anteriormente sumado a una baraja de naipes, puedo confiar en que la cosa va a andar bien.

0 comentarios: