En lo que ha sido una semana ajetreada , me he encontrado con un descubrimiento de índoles arqueológicos en mi casa. Todo comenzó cuando buscaba una vela para poner en la torta de cumpleaños de mi hermano Pablo, quien cumplió 23 años, ¡si!, un año más que su hermano ¡si! tenemos la misma edad por unos meses. ¡si! soy yo el hermano. Al escarbar los escombros de uno de los muebles del comedor, vi un juguete que pertenencia a mi infancia, una de esas cajas musicales y el cumpleaños pasó a un segundo plano.
La monumental pieza muestra a un conejo montado en una zanahoria gigante. Al tirar de una cuerda, una melodía adormecedora comienza a sonar, mientras la cuerda se guarda hacia el interior del juguete en forma lenta e hipnótica.
Durante mi infancia sacié mi espíritu ludico con eso. A raíz de tan notable descubrimiento saque algunas conclusiones:
-Mi estilo lento y adormecedor para encarar mujeres no es más una sorpresa para mi
-Mis paletas de conejo ya no son una casualidad (jamas tuvieron injerencia con los genes)
-Mi gusto por la zanahoria nunca fue casual- fue meramente causal
-El hecho de que me guste dormir la siesta ya tiene una explicación
Como consejo les digo: Busquen objetos de sus infancias y van a entender por que son como son, al menos a mi me funcionó.
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